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Catoute

viernes, 22 de noviembre de 2013

Maraton Valencia 2013

Anoche tuve un sueño
Todo empezó hace un año. O mejor dicho, hace dos; cuando sin proponérmelo me quedé a un paso de atravesar la puerta de las 3 horas en  el Maratón de Donostia 2011.



Al año siguiente, volví con la idea de bajar de 3 horas, pero tampoco lo conseguí, me quedé en el umbral de la puerta.


Este año por motivos de trabajo, no podía ir a San Sebastián, por lo que me propuse ir al Maratón de Valencia para intentar, por segunda vez, bajar de las 3 horas. 





Anoche tuve un sueño.
Ya se que para muchos no significa nada bajar de 3 horas en Maratón, pueden hacerlo sin apenas entrenar, pero para mí no es una tarea nada fácil. Para conseguirlo, entre otras muchas cosas, sé que influyen la salud, los ritmos, sensaciones, distancias, concentración, visualizar una y mil veces la carrera. Tengo que tener un buen día y buena climatología. Buena compañía, animación, buen ambiente, buenas vibraciones... Y claro, también es necesario haber entrenado adecuadamente. Si se junta todo esto puede que lo consiga.

Anoche tuve un sueño 

Me veía en la línea de salida y todo empezaba.... Aunque estaba bien situado, había bastantes encontronazos con otros corredores que querían coger posiciones y continuamente se iban cruzando. A partir del primer km, ya iba al ritmo que yo quería. Los tiempos los cumplía con precisión milimétrica, únicamente algo alterados en los avituallamientos, puntos en los que se alborotaba un poco la carrera. Iba tan a gusto que deseaba estar corriendo por tiempo indefinido. Y así hasta los kilómetros 30-31. A partir de aquí conseguía mantener el ritmo, pero no con la soltura con que lo estaba haciendo. 


Anoche tuve un sueño.
Y a partir del km 35-36 empecé a pensar que era mejor que la carrera tuviera fin. Por más que obligaba a las piernas, no podía con ellas. Pasaba el km 40 en 2:49:51. Tenía un pequeño margen de tiempo, unos 40 ó 50 segundos, pero iba a menos. Ahora no sólo deseaba que la carrera tuviera fin, quería que éste llegara cuanto antes. En el km 41, se me encendieron todas las alarmas, el ritmo se me había ido a 4'26''/km, pero lo recuperaba en el km 42, 4'17''. Los últimos 195 m, ya sobre la alfombra azul, echaba el resto (48 segundos) porque me dio la impresión de que Youssef estaba mirándome en el arco de meta y había que mantener la compostura.

Anoche tuve un sueño
Pero no recuerdo cómo era. Me acabo de despertar, he dormido bien. Me encuentro descansado y voy a desayunar, luego un paseo y compruebo que amanece un día espléndido. A las 9 me espera la salida de este Maratón de Valencia 2013. Y aquí estoy, deseando que se alineen los astros y con lo que yo ponga de mi parte, consiga bajar de 3 horas.

En la carrera voy como en una nube, centrado en la línea azul marcada sobre el asfalto y mirando el reloj: el de mi cuerpo y el de la muñeca.

Sin descuidar los avituallamientos, en todos bebí un poco de agua, sin hacer cambios de ritmo ni de trayectoria.

En los momentos más exigentes, a partir del km 32-33, pensando que sólo quedan 10 km, quitando de la cabeza pensamientos negativos. Y cuando ya se ve la llegada, corriendo como se pueda, que la meta ya está ahí. Los últimos metros a mantener la compostura, que nos pueden estar viendo.   


Y así, lo que la Bella Easo no quiso darme, me lo regaló la inmensa Valencia.